El papa Francisco ha presidido la misa del Domingo de Ramos y ha inaugurado la Semana Santa en la Plaza de San Pedro, tras haber recibido el alta del hospital Gemelli de Roma, donde ingresó debido a una bronquitis. A pesar de su convalecencia y de su problema de rodillas, el pontífice ha querido participar en los ritos de la Semana Santa y la Santa Sede ha aplicado un protocolo que le permite presidir las misas y liturgias mientras que los cardenales ofician las mismas.
Durante su homilía, el papa Francisco ha hecho hincapié en la importancia de tener ojos y corazón para los abandonados, recordando que “Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros nadie puede ser marginado”. El pontífice ha señalado que hay muchos “cristos abandonados” como los pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte, los pobres que viven en las calles, los emigrantes que ya no son rostros sino números, los presos rechazados y las personas catalogadas como problemas. Asimismo, ha mencionado a los “cristos descartados con guante blanco” como los niños no nacidos, los ancianos dejados solos en geriátricos, los enfermos no visitados, los discapacitados ignorados y los jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche su grito de dolor.
El papa Francisco, que acaba de cumplir diez años de pontificado, ha iniciado su participación en la Semana Santa celebrando Jueves Santo en la cárcel de menores de Casa del Marmo en Roma. Aunque aún no se han dado detalles sobre el Via Crucis de Viernes Santo, que le obligaría a pasar varias horas a la intemperie ante el Coliseo romano. El pontífice prevé presidir el resto de eucaristías, también la del Domingo de Resurrección, y ese mismo día cerrará la Semana Santa impartiendo su bendición “Urbi et Orbi” y leyendo su importante mensaje pascual.
En su regreso a la Plaza de San Pedro, Francisco ha agradecido a los fieles por su preocupación por su salud y ha dicho: “Os agradezco por vuestra asistencia y vuestras oraciones, que en los últimos días se intensificaron. Gracias de verdad”. Luego, con su silla de ruedas, ha saludado a algunos monseñores y se ha dado un nuevo baño de masas a bordo del “papamóvil”.
En la misa del Domingo de Ramos, se han dado dos imágenes importantes. La presencia de monseñor Georg Ganswein, secretario personal de Benedicto XVI, crítico con Francisco, y el purpurado Angelo Becciu, juzgado por irregularidades financieras.