Sam Altman de OpenAI insta a la regulación de la Inteligencia Artificial en testimonio ante el Senado de los EE. UU.
En un llamado a la acción, Sam Altman, CEO de OpenAI y creador de ChatGPT, instó al Senado de Estados Unidos a establecer regulaciones para la Inteligencia Artificial (IA) durante su testimonio el martes, subrayando la necesidad urgente de mitigar los posibles riesgos que esta tecnología puede representar.
Altman, una figura prominente de Silicon Valley, subrayó ante el Subcomité Judicial del Senado sobre Privacidad, Tecnología y Derecho que la “intervención regulatoria de los gobiernos será crucial para mitigar los riesgos de modelos cada vez más potentes” de IA.
Con la creciente popularidad de tecnologías como ChatGPT, un robot conversacional lanzado en noviembre, capaz de generar contenido similar al humano, la regulación se ha convertido en una cuestión de importancia global. Richard Blumenthal, presidente del subcomité, ilustró la capacidad del software al leer sus comentarios de apertura, generados por ChatGPT y vocalizados por un software de síntesis de voz entrenado para replicar su tono.
Las tecnologías de IA, señaló Blumenthal, “ya no son fantasías de ciencia ficción, son reales y presentes”. Esta noción fue respaldada por otros legisladores, incluido el senador Lindsey Graham, que advirtió que los sistemas informáticos podrían “destruir literalmente nuestras vidas” si no se regulan adecuadamente.
Altman, junto con otros dos expertos, debatió con los legisladores la necesidad de legislación para proteger la confidencialidad de los datos y promover una mayor competencia en el entorno de la IA. A pesar de los llamados a la regulación, las divisiones políticas han obstaculizado la aprobación de proyectos de ley sobre el tema durante años.
La aparición de IA generativa, que puede crear contenidos, textos, imágenes, sonidos o videos a partir de una solicitud, ha intensificado el debate sobre la regulación. Muchos expresan preocupación por el impacto potencial de estas tecnologías en diversas profesiones y, fundamentalmente, en la sociedad en su conjunto.
Altman reconoció la dualidad de la IA: “OpenAI se fundó con la creencia de que la inteligencia artificial tiene el potencial de mejorar casi todos los aspectos de nuestras vidas, pero también crea serios riesgos”, afirmó. El CEO de OpenAI expresó sus temores sobre los posibles daños que la tecnología podría causar a la sociedad si no se regula adecuadamente.
A pesar de ser una empresa privada, OpenAI está controlada por una organización sin fines de lucro, lo que la compromete a “trabajar para una distribución amplia de los beneficios de la IA y a maximizar la seguridad de los sistemas basados en IA”. Altman ha expresado anteriormente su apoyo a un marco regulatorio para la IA, preferiblemente a nivel internacional, citando el precedente de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
A pesar del apoyo a la regulación, Altman advirtió que las medidas deben equilibrarse para evitar que la industria estadounidense quede atrás en la carrera tecnológica global.
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