En su discurso de clausura de la Asamblea Nacional Popular, el presidente de China, Xi Jinping, declaró que la reunificación con Taiwán es “esencial para la revitalización de China”. Xi aseguró que esta es una “aspiración común de la nación china” y subrayó la necesidad de “oponerse a las fuerzas externas” y a los “secesionistas”. Este pronunciamiento se produce en medio de crecientes tensiones entre China y Taiwán, ya que Pekín considera a la isla una provincia rebelde y reclama su soberanía.
En su discurso, Xi pidió que se defienda el “principio de una sola China” y se “adherirse al Consenso de 1992”, que reconoce que solo hay una China, aunque difiere en cuál es la verdadera. El mandatario también hizo un llamado para “promover el desarrollo pacífico de las relaciones a través del estrecho de Taiwán”.
Durante su discurso, Xi también hizo hincapié en la necesidad de que China “permanezca dedicada a la paz y el desarrollo” y desempeñe “un papel activo en la reforma del sistema de gobierno mundial” y “contribuya a la construcción de una economía mundial abierta”. Además, Xi pidió que el ejército chino se convierta en “una gran muralla de acero” para proteger “la estabilidad y el desarrollo” de China.
Es importante destacar que el discurso de Xi no mencionó la guerra en Ucrania, lo que llama la atención en un momento en que la comunidad internacional está muy preocupada por la escalada de la violencia en esa región. Xi, sin embargo, afirmó que China “estará en el lado correcto de la historia” y defenderá “los valores comunes de la humanidad”. También pidió “mantener alta la bandera de la paz” y “practicar el multilateralismo”.
Este discurso de Xi se produce en un momento en que China enfrenta crecientes desafíos tanto internos como externos. La economía china se ha desacelerado en los últimos años, y el país ha enfrentado críticas internacionales por su manejo de la pandemia de COVID-19 y sus políticas hacia Hong Kong y los uigures en la región de Xinjiang.
Además, las tensiones entre China y Estados Unidos se han intensificado en los últimos años, especialmente en cuestiones comerciales y de seguridad. También ha habido un aumento en las tensiones entre China y otros países de la región, como Japón y Filipinas, sobre disputas territoriales en el Mar de China Meridional.
En este contexto, el pronunciamiento de Xi sobre Taiwán puede ser visto como una forma de reafirmar la posición de China en la región y enviar un mensaje a sus vecinos y a la comunidad internacional sobre su postura en esta cuestión. Sin embargo, también puede aumentar la preocupación entre los países que defienden la independencia de Taiwán y que pueden verse afectados por la creciente influencia de China en la región.
Con redaccion de Inteligencia Artificial.